¿Qué es una fanfiction?
- Valentina Abreu
- 7 nov 2018
- 3 Min. de lectura
Es aquel remedio temporal para muchos fans. Fruto de la interacción entre admiradores de proyectos culturales, estas "ficciones creadas por fans" tal como lo indica su nombre se hace presente para alivianar el vacío del hiatus (cuando una serie entra en una pausa indefinida por final de temporada o hasta retomar con capítulos especiales), cancelaciones o simplemente la insatisfacción con la trama de una serie, película, libro y mucho más.

Cazadores de Sombras de Cassandra Clarke y 50 Sombras de Grey de E.L. James, son algunos ejemplos de los ejemplos más populares. Estas sagas nacieron como fanfictions, es decir, como obras literarias que adoptaron el universo creativo de otro trabajo. La primera, de Clarke, partió de Harry Potter: sus protagonistas representarían a Ginny Weasley y a Draco Malfoy, aquellos creados por J.K. Rowling. E.L. James, en cambio, se basó en la saga de Crepúsculo de Stephanie Meyer.
Pero entonces, ¿son las fanfictions (o fanfics), plagio de aquel trabajo original?
No realmente. Las fanfictions son trabajos derivados. Esto quiere decir que se realizan a partir de universos creativos ya existentes. El tipo al que nos referimos corresponde a la literatura y, en su contenido, incluye personajes, tramas y/o las reglas de los universos de obras anteriores.

No es sorpresa, entonces, que los trabajos derivados no son un fenómeno reciente. Se puede incluir en esa categoría a las transmisiones de la Antigüedad y, por ende, a los clásicos de la literatura griega como las sagas homéricas de La Ilíada y La Odisea y las revisiones del mito de Edipo, por ejemplo. También se puede hablar de trabajos derivados cuando se refiere a leyendas, como aquella del Rey Arturo de Bretaña, cuyo contenido fue mutando a medida que se difundía por los territorios Europeos en su tiempo y a lo largo de la historia.
Con la aparición de la imprenta en el siglo XV, aumentó el número de publicaciones debido a que la producción se volvió un proceso más fácil y rápido. Pero también aparecieron las copias. En 1710, con el Estatuto de la Reina Ana de Gran Bretaña e Irlanda apareció el Copyright, que establecía la protección de la autoría de una obra y, también, el período específico en el que, desde el momento de publicación la obra pasa a dominio público.
Hasta ese momento, la originalidad no significaba lo que entendemos hoy en día. Con eso se referían a que una obra no tenía una copia, que era única. Además, el Copyright se dirigía a obras enteras. No fue hasta 1886, con el Convenio de Berne que la protección se extendió al universo creativo de las obras, incluyendo personajes y tramas. Era ilegal, entonces, tomar ese contenido y comercializar con eso.
Es el Copyright y el Convenio de Berne lo que marca la diferencia entre los trabajos derivados y las fanfictions, porque estas producciones creadas por fans tienen como único objetivo la expresión.

A pesar que hay autores que no adhieren a esta idea y consideran a las fanfics plagio, nada puede detener a los fans. El fenómeno literario apareció a mediados del siglo XX, en las fanzines. Estas eran publicaciones no oficiales ni profesionales creadas y difundidas por los fans. Así fue como, en Spocknalia (1967) --una fanzine dedicada a Star Trek, apareció la primera fanfiction registrada en la historia.
Hoy, los fans comparten sus escritos en sitios como fanfiction.com, Wattpad y Archive of Our Own, por ejemplo. Cada uno tiene sus reglas en cuanto al contenido permitido y las restricciones por edad. Son la guarida para todos aquellos que, insatisfechos con el canon (el universo ficticio de las obras) de sus piezas favoritas, escriben sus historias ideales y las comparten con otros fans.
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